Red de Gas: ¿Cómo funciona?

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Introducción: Entre la innovación y la transición

A la vuelta de Four Data del Congreso Europeo del Gas Licuado (ELGC), uno de los principales acontecimientos europeos dedicados al sector del gas, surge una pregunta central: ¿cómo será una red de gas en 2025? El panorama energético evoluciona rápidamente, y el gas -ya sea natural o licuado- sigue desempeñando un papel clave en la combinación energética. Sin embargo, su explotación, distribución y gestión deben ajustarse ahora a los imperativos de rendimiento, eficiencia energética y sostenibilidad.

A nivel europeo, la estrategia de transición energética se basa en la descarbonización progresiva. Esto implica modernizar las infraestructuras, digitalizar las operaciones y mejorar la gestión de los datos de campo. La red de gas está en el centro de esta transformación.

Según un informe publicado por la Unión Internacional del Gas (UIG ) en enero de 2025, integrar tecnologías inteligentes en las redes de distribución es esencial para cumplir los objetivos climáticos y reforzar la resiliencia regional(fuente).

Este artículo ofrece una visión global de los retos del gas en 2025, el funcionamiento de una red de gas moderna y el papel de las tecnologías conectadas -en particular las desarrolladas por Four Data- en la mejora de la gestión, la seguridad y el rendimiento de estas infraestructuras vitales.

Un mercado del gas cambiante: Contexto y desafíos

Una energía todavía estratégica a pesar de la transición

En 2025, el gas sigue desempeñando un papel central en el panorama energético mundial. Aunque la transición energética se está acelerando, este recurso sigue siendo esencial para la calefacción residencial, el uso industrial y la generación de electricidad. En Francia, más de 10 millones de hogares dependen de él, principalmente para la calefacción. El gas se considera una energía de transición porque emite menos CO2 que el carbón o el fuelóleo y es fácilmente desplegable. A corto plazo, sigue siendo indispensable para garantizar la continuidad energética.

Tensiones de suministro

Desde la crisis geopolítica de 2022, se han intensificado los problemas de seguridad del suministro. La dependencia europea del gas ruso se ha visto fuertemente cuestionada, lo que ha obligado a diversificar las fuentes de importación. Ha aumentado el uso de gas natural licuado (GNL), con la multiplicación de terminales de GNL en las costas europeas. Al mismo tiempo, el auge del biogás y el hidrógeno está remodelando las lógicas de transporte y distribución. Este nuevo panorama exige una red más flexible, capaz de gestionar flujos variables y múltiples puntos de inyección.

Gestión del uso cada vez más compleja

La aparición de gases renovables altera los equilibrios tradicionales. El biometano, producido localmente a partir de residuos agrícolas o industriales, implica inyecciones esporádicas y descentralizadas. Esto exige una gestión dinámica de la red para equilibrar la producción y el consumo en tiempo diferido. El hidrógeno verde, que puede mezclarse con gas natural o utilizarse puro, añade otras limitaciones: compatibilidad de materiales, gestión de la presión y detección específica de fugas. Estos avances exigen actualizaciones técnicas y mayores conocimientos de los operadores.

Retos económicos y medioambientales

El control de costes se ha convertido en un objetivo primordial. Los precios del gas han experimentado una gran volatilidad, por lo que la optimización del flujo y la reducción de las pérdidas son fundamentales. Además, los operadores deben cumplir los objetivos de la política climática nacional y europea de reducción de la huella de carbono. Esto incluye minimizar las fugas de metano -un gas de efecto invernadero especialmente potente- y mejorar la trazabilidad de los flujos de gas verde.

Carte de couverture LoRa en France

Funcionamiento de una Red de Gas: Un Mecanismo de Precisión

Del transporte a la distribución: Una infraestructura por capas

Una red de gas está estructurada en varios niveles. El transporte de gas a alta presión se realiza por gasoductos primarios, que a menudo atraviesan las fronteras nacionales. Estos gasoductos, gestionados por operadores como GRTgaz o Teréga, permiten transportar grandes cantidades de gas a grandes distancias. Una vez entregado a los centros de consumo, el gas pasa por estaciones de regulación, que bajan la presión para adaptarla a las redes de distribución locales.

Estas redes secundarias, que funcionan a media y baja presión, están gestionadas por distribuidores como GRDF. Abastecen directamente a los usuarios finales: hogares, municipios e industrias. Este sistema jerárquico permite una gestión flexible de los flujos, al tiempo que garantiza la seguridad y la continuidad del servicio.

Componentes esenciales para un funcionamiento correcto

La red de gas depende de una serie de infraestructuras críticas. Entre ellas se encuentran las estaciones de reducción de presión que ajustan la presión del gas, las estaciones de medición que miden los volúmenes inyectados y distribuidos, las válvulas de seccionamiento para aislar partes de la red por mantenimiento o incidencias, así como los sensores de presión, temperatura y detección de fugas.

Estos componentes están interconectados con sistemas de control automatizados que supervisan toda la red. En caso de anomalía -sobrepresión, pérdida de presión o fuga- se disparan las alarmas, lo que permite a los técnicos intervenir rápidamente. Estos sistemas también garantizan el control de la calidad del gas y el cumplimiento de las normas de distribución.

Mantenimiento, control e inspección

Mantener la red de gas en buen estado depende de una combinación de supervisión humana y tecnologías avanzadas. Los operadores realizan inspecciones periódicas por tierra, aire o bajo tierra. Se organizan campañas de detección de fugas, a veces utilizando drones equipados con sensores infrarrojos. Mientras tanto, se analizan los datos de los sensores y los sistemas SCADA para detectar tendencias y prevenir fallos.

El mantenimiento predictivo, posible gracias al cruce de historiales de incidencias y lecturas en tiempo diferido, permite intervenir antes de que se produzcan averías. Esto reduce las interrupciones del servicio, las pérdidas de gas y los costes asociados a las reparaciones de emergencia.

La innovación en el núcleo de las redes inteligentes

A medida que el rendimiento y la flexibilidad adquieren mayor importancia, las redes de gas avanzan hacia una mayor digitalización. La introducción de sensores IoT permite recopilar datos detallados sobre presión, temperatura, humedad y composición del gas. Estos datos se transmiten a través de redes LPWAN (como Sigfox o LoRaWAN) a plataformas de análisis.

Una vez agregada, esta información puede ser procesada por algoritmos para controlar dinámicamente la presión, predecir fallos u optimizar los flujos en función del consumo. Esta capacidad de ajustar continuamente el funcionamiento de la red define la red de gas inteligente actual.

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Cuatro Datos: Soluciones conectadas para redes de gas

Un socio tecnológico para las necesidades del campo

Four Data se dedica de lleno a la modernización de las redes de gas. Como especialista en sensores conectados y plataformas de gestión, la empresa ofrece soluciones adaptadas a las limitaciones específicas del sector del gas. Con una tecnología robusta y con certificación ATEX, sus sensores están diseñados para funcionar en entornos sensibles, garantizando al mismo tiempo fiabilidad, precisión y seguridad.

Las soluciones de Four Data permiten supervisar en tiempo diferido los niveles de presión, detectar anomalías o caídas de intensidad y activar alertas personalizadas. Esta supervisión mejora la anticipación a los incidentes, al tiempo que reduce los costes relacionados con las rondas de mantenimiento o las interrupciones imprevistas.

Apoyar los objetivos medioambientales y normativos

Al permitir una gestión más precisa de la red de gas, Four Data ayuda a reducir las pérdidas de gas -especialmente las fugas de metano- y mejora la trazabilidad de los flujos. Estas capacidades son esenciales para cumplir las expectativas normativas y apoyar la integración de los gases renovables en la infraestructura existente.

El análisis de datos también permite a los operadores adaptar los caudales, simular distintos escenarios de uso e integrar parámetros externos como el tiempo o la demanda prevista. Esta inteligencia operativa aumenta la resistencia de la infraestructura.

Un socio ágil para una red en evolución

Four Data apoya tanto a los operadores históricos como a las autoridades locales en la transformación digital de sus infraestructuras. Ya sea para supervisar estaciones de presión, gestionar depósitos de GLP o supervisar redes híbridas que integran biogás y gas natural, las soluciones de la empresa se integran fácilmente en ecosistemas en evolución.

Capteur suivi irrigation - Amélioration des décisions d'arrosage

Redes de gas: ¿Cuáles son las perspectivas de futuro?

Hacia infraestructuras híbridas

Una tendencia importante en el horizonte es la hibridación de las redes. La red de gas del futuro debe ser capaz de transportar gas natural, biogás, hidrógeno y, potencialmente, otros gases verdes. Para ello será necesario adaptar los materiales, actualizar los protocolos de seguridad y mejorar las herramientas de supervisión. Será esencial invertir en investigación sobre compatibilidad y en sistemas de regulación dinámica.

La creciente importancia del análisis predictivo

Los datos se están convirtiendo en un activo estratégico. Los gestores de redes confiarán cada vez más en el análisis predictivo para optimizar el flujo, prevenir incidentes, modular la presión o planificar la renovación de equipos. La capacidad de aprovechar datos contextualizados y seguros se convertirá en un diferenciador clave.

Normativa en evolución

Las normativas europeas y nacionales seguirán evolucionando para adaptarse a los nuevos gases, limitar las emisiones, mejorar la seguridad y estructurar el mercado. Los operadores de redes deben seguir siendo ágiles para cumplir estos requisitos cambiantes, manteniendo al mismo tiempo un alto nivel de servicio. Las tecnologías conectadas -y socios como Four Data- serán cruciales para superar estos retos.

Conclusión

La red de gas de 2025 se encuentra en una encrucijada. A la vez pilar de la seguridad energética y protagonista de la transición energética, debe combinar robustez, flexibilidad e inteligencia. Los retos son numerosos, pero las soluciones tecnológicas para afrontarlos ya existen. Four Data es uno de los actores clave de esta transformación, proporcionando a los operadores de infraestructuras las herramientas necesarias para una gestión optimizada, sostenible y resistente de la red de gas.

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